Fuente: ateuves

La castración conlleva unos cambios hormonales que hacen que aumente el apetito de las mascotas. Para evitar problemas de sobrepeso, se debe controlar de forma estricta su alimentación.

La castración es la extirpación quirúrgica de los órganos sexuales; en el caso de los machos, los testículos, y en el de las hembras, podemos op­tar por extraer solo los ovarios o también el útero. Con la realización de este proceso, se afecta la producción de las hormonas gonadales, eliminando así la principal fuente de testosterona, en los machos, y de estrógenos y progesterona en el caso de las hembras. De esta manera, evitamos que se puedan reproducir y disminuimos el riesgo de padecer determinadas patologías como piómetra, preñez psicológica y tumores mamarios propios de las hembras; en el caso de los machos, tumores testiculares, prostáticos y de glándulas perianales, infecciones, hernias perianales y quistes prostáticos.

Cuando nuestras mascotas alcanzan una edad comprendida entre los 6 y los 12 meses es cuan­do más se recomienda la castración, pero hay que tener en cuenta que están en un periodo en el que ya disminuyen su tasa de crecimiento y sus necesidades de energía. Así que, si los propietarios no son conscientes de este cambio y tras la castración les siguen alimentando de la misma forma, estos podrían acabar desarrollando obesidad con el riesgo que ello conlleva. Pero en el progreso de este problema no solo influyen las hormonas sexuales, también participan las tiroideas y las adrenales. Está demostrado que la castración disminuye el metabolismo basal y la actividad física del animal, y aumenta su apetito.

¿Qué es la obesidad y qué debemos hacer para evitarla?

La obesidad y el sobrepeso es el efecto visible de esos cambios endocrinos, y curiosamente se ven más en perros que en gatos. En ambos casos, este estado repercute en la calidad de vida de la mascota, ya que la predispone al padecimiento de numerosas enfermedades al tiempo que le resta años de vida.

Debemos tener en cuenta que un gran porcentaje de propietarios no reconoce que su perro está obeso o con sobrepeso, por lo que para poder llevar a cabo un tratamiento con éxito es necesario primero hacerle ver la situación. Todos los miembros de la familia han de estar dispuestos a participar de forma activa en el proceso de reducción de peso, advirtiéndoles de que conseguir una condición corporal adecuada en su mascota lleva su tiempo.

Control de peso

Para llevar a cabo un buen tratamiento, en perros se debe limitar el consumo de energía, estimular la saciedad y proporcionar una nutrición equilibrada a largo plazo y adecuada para la condición específica del animal. A todo esto debemos sumarle la práctica de ejercicio físico, siempre y cuando este se introduzca de forma gradual. Asimismo, hay que tener en cuenta las condiciones y posibilidades físicas del propietario.

En el caso de los gatos se debe medir la cantidad exacta de comida que le corresponde y no se debería ofrecer más alimento; es muy importante que el propietario favorezca el aumento de ejercicio mediante juegos o colocando la comida en distintos lugares y a diferentes alturas. Es más recomendable utilizar dietas comerciales que caseras puesto que las primeras son más equilibradas a la par que cómodas para el propietario. Podemos utilizar por un lado dietas altas en fibra que no obstante presentan ciertos inconvenientes como el aumento del volumen de las heces o el incremento de la frecuencia de deposiciones. Además, su palatabilidad es inferior a la de las dietas ricas en proteínas. Otra opción son las dietas bajas en hidratos de carbono y altas en proteínas, que cuentan con una eficacia del 70 %, además de no presentar los inconvenientes mencionados para el otro tipo de dieta.

Revisiones de control

Una vez metidos en este proceso, es recomendable realizar revisiones periódicas de la evolución del peso y aplicar los ajustes correspondientes de las cantidades de comida para lograr una mejora de la condición corporal. Pero el principal problema está relacionado con la implicación del propietario, así que si conseguimos que este lo entienda podremos corregir el “mal estilo de vida” antes de que la acumulación de grasa en su mascota sea demasiado alta.

Un alimento para cada animal

Hay casas comerciales que disponen de una gran variedad de productos para gatos y perros esterilizados en función de su etapa de vida.

Gatos

En el caso de los gatitos se debe proporcionar un alimento que aporte una gran seguridad digestiva y que ayude a reforzar sus defensas, al mismo tiempo que permita el control de peso.

En adultos, se debe reducir el aporte calórico y hay que añadir L-carnitina, que ayuda en la movilización de las grasas. En el caso de gatos mayores de 7 años se le añaden antioxidantes para mantener la vitalidad del animal, pero siempre controlando el aporte de grasas y su racionamiento adecuado; y por último tenemos las destinadas a mayores de 12 años, que incorporan más cantidad de antioxidantes, ácidos grasos y fósforo para ayudar a evitar la aparición de enfermedad renal, siempre controlando el aporte de energía.

Perros

Los piensos para perros esterilizados ayudan a mantener el peso óptimo gracias a unas pautas de racionamiento ajustadas y a su fórmula que combina alto nivel de proteínas y bajo en grasas, con L-carnitina para ayudar al metabolismo de las mismas; por otro lado reducen la sensación de hambre entre las comidas gracias a su fórmula saciante.

 

Para concluir podemos señalar que controlar la alimentación de nuestros animales es de suma importancia. Hoy en día disponemos en el mercado de una amplia gama de productos para su alimentación adaptados al estado fisiológico en el que estas se encuentren. Al igual que las personas consultan a un especialista para llevar una dieta saludable, los dueños de perros y gatos deberían pedir consejo a su veterinario, puesto que es el profesional el que les orientará sobre las pautas nutricionales más adecuadas para sus mascotas.

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